¿ES INTERNET SEGURA?

El pasado martes 6 de febrero se celebraba el Día internacional de Internet Segura, una iniciativa apoyada por la Unión Europea para promover el uso seguro en la red, especialmente entre niños y jóvenes. Los nativos digitales han crecido rodeados de tecnología y probablemente la asumen como algo natural, pero entre los que no vinimos al mundo con un smartphone en la mano es habitual que nos preguntemos ¿son seguras las tecnologías que utilizamos?

Innovaciones como Internet o los smartphones han supuesto una gran revolución en la forma que nos comunicamos, relacionamos, hacemos negocios, conseguimos información, compramos, etc. Hace no tanto realizar una compra desde un ordenador en cualquier casa de La Rioja era impensable, y hace pocas semanas leíamos cómo el municipio riojano de Villarejo era el pueblo pequeño de España que mayor compra había realizado en los últimos seis meses en Amazon.

El imparable incremento del uso de estas tecnologías es un hecho a nivel mundial y por supuesto en nuestro país, como lo atestigua el aumento del comercio online de un 38% en España en 2017 según el Observatorio Cetelem. Y este crecimiento no habría sido posible sin la seguridad.

Centrándonos en el uso de Internet, hoy en día la tecnología proporciona, por ejemplo, algoritmos criptográficos que hacen que cuando nos conectamos a la página web de nuestro banco para ver el saldo de nuestra cuenta sea (casi) imposible que un tercero pueda espiarla. Estos mecanismos son internacionalmente reconocidos y han sido profundamente testados. Por ello, usados convenientemente, nos dan garantías de que un interlocutor es quien dice ser, o de que una comunicación no pueda ser espiada o alterada por un tercero de forma fraudulenta. Y decía (casi) porque no hay sistemas 100% seguros, pero sí podemos afirmar que con los medios actuales se desconoce cómo quebrar su seguridad.

Ahora bien, noticias como las del ataque Wannacry o la vulnerabilidad KRACK en redes WiFi que leíamos en los medios el año pasado impactan en nuestra confianza en Internet. El estudio de Ciberseguridad y Confianza de los hogares españoles de Octubre de 2017 del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la SI reflejaba un mínimo histórico inferior al 40% de los usuarios que tienen mucha o bastante confianza en Internet.

Es cierto que el uso de nuevas tecnologías siempre conlleva nuevos riesgos. Pero no olvidemos que fuera de Internet afrontamos otras amenazas, quizá incluso más relevantes. ¿Estamos completamente seguros de que cuando pagamos con una tarjeta de crédito en un restaurante no la puedan clonar y hacer pagos fraudulentos? ¿O que cuando hacemos un pago en efectivo no nos devuelven un billete falso?

Disponemos de soluciones que nos pueden proporcionar un grado de seguridad más que suficiente para operar por Internet. La cuestión se centra en cómo se utiliza esa tecnología.

Por un lado, es importante que las organizaciones se tomen muy en serio la seguridad cuando implantan y mantienen soluciones tecnológicas. El diseño, implementación y pruebas de estas soluciones deben tener en cuenta los requisitos de seguridad como parte fundamental. Su reputación y futuro están en juego con ello.

Pero los usuarios también tenemos una parte importante en nuestro tejado. Se considera que el usuario es el eslabón más débil de la cadena de seguridad, y muchas veces los problemas pueden venir por nuestro desconocimiento o imprudencia. Existe un conjunto de sencillas precauciones y buenas prácticas que es importante considerar, y el sentido común y la prudencia serán buenos aliados. Operar exclusivamente con páginas oficiales de compañías de reputación y prestigio, o comprobar que nos estamos conectando a www.mitienda.com y no a una web usurpadora www.mitiemda.com nos puede evitar grandes disgustos.

En este sentido, propuestas para difundir buenas prácticas como la guía de compra segura en Internet disponible en la Oficina de Seguridad del Internauta o las iniciativas dentro del eje de transformación social de la Agenda Digital del Gobierno de La Rioja pueden ayudarnos sin duda a hacer un uso más precavido y seguro de la tecnología y mejorar nuestra percepción de la seguridad en Internet.

En definitiva, como ciudadanos podemos confiar en que la tecnología nos permite hacer un uso seguro de Internet, trabajando con organizaciones reputadas, con sentido común y unas sencillas pautas básicas. Conocerlas nos dará la confianza para aprovechar las nuevas posibilidades que nos ofrece Internet sin correr riesgos innecesarios.